¿A qué temperatura debería poner la calefacción en invierno?
Te contamos cuál es el rango de temperatura ideal, tanto de día como de noche, a la que debes poner tu calefacción en invierno para estar cómodo y no malgastar energía.

Cuando las temperaturas caen y el invierno se instala en nuestros hogares, surge un dilema común: ¿a qué temperatura debemos ajustar la calefacción para mantenernos cómodos sin que nuestras facturas de energía se disparen? Encontrar el equilibrio perfecto entre confort y eficiencia energética puede parecer una tarea complicada, pero es esencial para disfrutar de un hogar cálido y acogedor durante los meses fríos. La elección de la temperatura adecuada no solo influye en nuestro bienestar físico, sino también en nuestro bolsillo. En este artículo, exploraremos las mejores prácticas para ajustar la calefacción en invierno, considerando tanto las recomendaciones generales como las necesidades individuales, para que puedas disfrutar de una temporada invernal confortable y eficiente.
¿Qué voy a leer en este artículo?
La ciencia del confort térmico
El confort térmico es un concepto que va más allá de simplemente sentir calor o frío. Se refiere a la sensación de bienestar físico que una persona experimenta en un ambiente determinado, donde no siente la necesidad de añadir ropa o buscar una fuente de calor. Este estado ideal se logra al equilibrar varios factores que influyen en cómo percibimos la temperatura.
Para medir el confort térmico, los expertos utilizan el Índice de Confort Térmico, que considera aspectos como la temperatura del aire, la velocidad del viento, la humedad y la radiación térmica. Cada uno de estos elementos juega un papel importante en nuestra percepción del calor y el frío.
La humedad, por ejemplo, puede amplificar la sensación de calor o frío. Un ambiente húmedo en invierno puede hacer que el aire se sienta más frío de lo que realmente es, ya que la humedad puede extraer calor del cuerpo más rápidamente. Por otro lado, un ambiente muy seco puede llevar a la deshidratación y afectar la percepción del confort.
La actividad física también es un factor crucial. Mientras más activo esté una persona, mayor será su producción de calor corporal, lo que podría llevar a un ajuste en las necesidades de calefacción. Por lo tanto, una casa que alberga a personas que realizan actividades físicas intensas puede requerir una temperatura más baja en comparación con un espacio donde se realizan actividades sedentarias.
Recomendaciones generales
Determinar la temperatura ideal para tu hogar en invierno puede marcar la diferencia entre un ambiente acogedor y una factura de energía elevada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que una temperatura interior de 18°C es adecuada para la salud de las personas en general. Durante el día, se recomienda mantener la calefacción entre 20 y 22 grados Celsius para garantizar el confort sin desperdiciar energía. Este rango de temperatura se considera óptimo para la mayoría de las actividades diurnas, permitiendo un buen equilibrio entre calor y eficiencia.
Por la noche, las necesidades cambian ligeramente. Se sugiere reducir la temperatura a entre 16 y 18 grados Celsius, ya que dormir en un ambiente más fresco puede mejorar la calidad del sueño y reducir el consumo energético. Eso sí, las habitaciones de los niños deben estar a unos 17-20 °C. Esta temperatura es ideal para dormir, ya que ayuda a regular la temperatura corporal y promueve un descanso más profundo. Además, el uso de mantas adecuadas puede compensar la disminución de la temperatura, asegurando que el ambiente siga siendo cómodo.

Es importante también ajustar la temperatura en diferentes habitaciones según su uso. Las salas de estar y las habitaciones ocupadas durante el día pueden beneficiarse de un ajuste más cálido, mientras que las áreas menos utilizadas pueden mantenerse a una temperatura más baja para conservar energía. Estas pequeñas modificaciones no solo ayudan a mantener un hogar confortable, sino que también promueven un uso eficiente de la calefacción, reduciendo el impacto en las facturas de energía.
Impacto en el consumo energético
Ajustar adecuadamente la temperatura de la calefacción no solo influye en el confort del hogar, sino que también puede tener un impacto significativo en el consumo energético y, por ende, en las facturas mensuales. Cada grado adicional de calefacción puede aumentar el consumo de energía hasta un 7%, lo que convierte al simple acto de subir el termostato en un gasto sustancial a lo largo del invierno.
Para optimizar el uso de la calefacción y reducir costes, una estrategia efectiva es la implementación de termostatos programables. Estos dispositivos permiten establecer horarios específicos para la calefacción, adaptándose a las rutinas diarias. Por ejemplo, durante las horas de sueño o cuando la casa está vacía, se puede reducir automáticamente la temperatura, asegurando un uso eficiente de la energía.
Otra medida clave es mejorar el aislamiento del hogar. Un buen aislamiento en paredes, techos y ventanas minimiza las pérdidas de calor, lo que significa que el sistema de calefacción no tiene que trabajar tanto para mantener una temperatura confortable. Pequeñas mejoras, como sellar las corrientes de aire alrededor de puertas y ventanas, pueden resultar en ahorros considerables.
Además, aprovechar al máximo la luz solar durante el día es una forma sencilla de complementar la calefacción, permitiendo que el sol caliente naturalmente los espacios. Con estas prácticas, no solo se reducen las facturas de energía, sino que también se contribuye a un menor impacto ambiental, promoviendo un estilo de vida más sostenible y responsable.
Uso del aire acondicionado en invierno
¿Es bueno dejar el aire acondicionado encendido toda la noche?
Dejar el aire acondicionado encendido durante toda la noche puede tener sus pros y contras. Por un lado, garantiza una temperatura constante y confortable durante el sueño, lo cual puede ser beneficioso en climas extremadamente fríos. Sin embargo, mantenerlo encendido continuamente puede aumentar significativamente el consumo energético y los costos asociados. Además, algunos modelos de aire acondicionado pueden resecar el aire, afectando la calidad del sueño. Es recomendable usar la función de temporizador o programación para que el aire acondicionado se apague después de un tiempo determinado, equilibrando confort y eficiencia.
¿A qué temperatura gasta menos el aire acondicionado en invierno?
Para utilizar el aire acondicionado de manera eficiente en invierno, lo ideal es ajustar la temperatura a un rango de 18 a 20 grados Celsius. Esto es suficiente para mantener un ambiente confortable sin forzar demasiado el equipo, lo que ayuda a reducir el consumo de energía. También es importante asegurarse de que el modo de calefacción esté activado, ya que algunos sistemas tienen configuraciones específicas para funcionar de manera óptima en climas fríos. Recuerda mantener puertas y ventanas cerradas para evitar pérdidas de calor y maximizar la eficiencia del aire acondicionado.
En resumen, gestionar la calefacción de manera eficiente es clave para lograr un equilibrio entre confort, eficiencia energética y ahorro de costos. Ajustar correctamente la temperatura, utilizar el aire acondicionado de manera adecuada en invierno, y aprovechar la tecnología de termostatos inteligentes son pasos esenciales. Estas prácticas no solo mejoran el confort del hogar, sino que también contribuyen a un estilo de vida más sostenible. Te animamos a implementar estas estrategias para disfrutar de un hogar cálido y eficiente.
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