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Instalación, funcionamiento, mantenimiento y fallos comunes: una guía clara para entender y cuidar tu unidad exterior sin complicaciones.

Pareja paseando por el jardín de su casa en el que se ve instalada una unidad exterior de aire acondicionado

Si alguna vez has instalado o pensado en instalar un aire acondicionado, seguro que has oído hablar de la famosa “unidad exterior”. Esa caja metálica que se coloca fuera de casa y que, a menudo, pasa desapercibida hasta que empieza a hacer ruido o da problemas. Pero lo cierto es que es una de las piezas más importantes del sistema. Sin ella, el aire acondicionado simplemente no funcionaría.

Hoy vamos a conocerla a fondo: qué es exactamente, cómo funciona, por qué es tan importante instalarla correctamente, cómo mantenerla y qué fallos suelen dar más guerra. Así que, si estás a punto de comprarte un aire acondicionado o ya tienes uno y quieres cuidarlo bien, sigue leyendo.

¿Qué es la unidad exterior del aire acondicionado y por qué es tan importante?

Imagina que el aire acondicionado es como un cuerpo humano. Pues bien, la unidad exterior vendría a ser el corazón y los pulmones al mismo tiempo. Es la encargada de expulsar al exterior el calor que se ha recogido del interior de tu vivienda. Sin esta parte, tu aire acondicionado no podría enfriar nada.

La unidad exterior contiene algunos de los componentes clave del sistema de climatización:

  • Compresor: comprime el gas refrigerante para aumentar su presión y temperatura.
  • Condensador: donde el gas caliente se enfría y se convierte en líquido, liberando el calor hacia el exterior.
  • Ventilador: ayuda a disipar ese calor al ambiente exterior.
  • Válvulas y otros elementos: necesarios para que el circuito del gas funcione correctamente.

Mientras la unidad interior se encarga de absorber el calor de tu habitación y repartir el aire fresco, la unidad exterior lo que hace es liberar ese calor al exterior y reiniciar el ciclo una y otra vez. 

¿Cómo funciona exactamente?

Para entender bien el papel de la unidad exterior, primero hay que tener claro cómo funciona en conjunto todo el sistema de aire acondicionado. Aunque pueda parecer un aparato mágico que “saca frío de la nada”, lo cierto es que lo que hace es extraer el calor del interior de tu casa y expulsarlo al exterior. Es decir: no produce aire frío, sino que elimina el aire caliente.

Este proceso se basa en un principio físico muy conocido: cuando un líquido se evapora, absorbe calor, y cuando se condensa, libera ese calor. El aire acondicionado aprovecha ese principio gracias al uso de un gas refrigerante que cambia de estado constantemente (de líquido a gas y viceversa) dentro de un circuito cerrado que conecta las dos unidades: la interior y la exterior.

Te lo explico paso a paso, de forma sencilla:

1. Captación del calor en el interior

Todo empieza en la unidad interior, esa que ves en la pared de tu salón o dormitorio. Un ventilador hace circular el aire de la habitación a través de un intercambiador de calor llamado evaporador, que contiene el refrigerante en estado líquido a baja presión y temperatura.

Al pasar por este intercambiador, el aire caliente de la habitación transfiere su calor al refrigerante, que se evapora y se convierte en gas. Como resultado, el aire que vuelve a salir al interior ya está frío.

2. Transporte del calor al exterior

Ese refrigerante ahora convertido en gas caliente viaja por unas tuberías hasta la unidad exterior del aire acondicionado. Ahí es donde entran en juego el compresor y el condensador.

  • El compresor comprime el gas, aumentando su presión y temperatura aún más. Esta etapa es clave para que el gas pueda liberar el calor más fácilmente.
  • Luego, el gas caliente pasa por el condensador, un componente que funciona como un radiador. Aquí, con ayuda de un ventilador, el calor que el gas lleva se libera al aire exterior.

Mientras se enfría, el gas se condensa y vuelve a su estado líquido.

3. Inicio de un nuevo ciclo

Una vez el refrigerante ya ha liberado el calor, en estado líquido y más frío, vuelve a la unidad interior pasando por una válvula de expansión, que reduce de nuevo su presión y temperatura. Y así está listo para absorber más calor en el interior.

Este ciclo se repite constantemente mientras el aire acondicionado esté encendido. El resultado: el calor de tu habitación se “recoge”, se transporta y se expulsa al exterior, dejando una temperatura agradable en el interior.

Amigos disfrutando de un aperitivo en su terraza

¿Por qué es clave una buena instalación y ubicación?

Aquí viene uno de los puntos más importantes. La unidad exterior no puede colocarse en cualquier sitio, ni de cualquier manera. De hecho, una mala instalación puede hacer que tu aire acondicionado consuma más, enfríe peor, se estropee antes o incluso haga más ruido de lo normal.

¿Dónde se debe instalar?

Idealmente, la unidad exterior del aire acondicionado debe colocarse:

  • En un lugar ventilado y con espacio libre a su alrededor, para que pueda expulsar el aire caliente sin dificultad.
  • Fuera del alcance del sol directo, especialmente en climas muy calurosos. El sobrecalentamiento puede reducir su eficiencia.
  • A una altura adecuada, para facilitar su mantenimiento.
  • En una base firme, para evitar vibraciones y ruidos molestos.
  • Con acceso para técnicos, porque tarde o temprano habrá que revisarla o limpiarla.

Además, si vives en un edificio, es importante cumplir con las normativas de tu comunidad y evitar instalar la unidad en lugares que puedan molestar a los vecinos (por ruido, goteos o estética).

¿Por qué es tan importante esto?

Una unidad mal instalada puede traducirse en muchos problemas:

  • Rendimiento bajo: si no tiene espacio para “respirar”, le costará más expulsar el calor y funcionará con menos eficacia.
  • Más consumo: al forzarse más, necesitará más energía para enfriar la casa.
  • Desgaste prematuro: trabajar en condiciones desfavorables acorta su vida útil.
  • Ruido excesivo: si no está bien fijada, puede vibrar y transmitir ruidos al interior de la vivienda.

Por eso siempre recomendamos que la instalación la realice un profesional certificado, que valore el mejor lugar para colocarla y la deje funcionando al 100%.

Problemas comunes en la unidad exterior del aire acondicionado (y cómo identificarlos)

Aunque son robustas, las unidades exteriores también pueden fallar. Algunos problemas habituales son:

1. Fugas de refrigerante

Si notas que el aire acondicionado enfría menos o directamente no enfría, puede deberse a una fuga. Esto no es algo que debas solucionar tú, pero sí puedes detectar que algo no va bien.

2. Ruidos extraños

Golpeteos, zumbidos intensos o chirridos pueden indicar desde una pieza suelta hasta un fallo del compresor. Mejor no lo ignores.

3. Ventilador que no gira

El ventilador ayuda a expulsar el calor. Si no gira, la unidad puede sobrecalentarse y parar. Puede deberse a un fallo eléctrico o mecánico.

4. Suciedad acumulada

Si el equipo no se limpia en años, el polvo y la grasa se acumulan en el condensador y el ventilador, afectando al rendimiento y al consumo. Aquí te contamos cómo limpiarlo correctamente.

5. Vibraciones excesivas

Puede ser síntoma de una mala fijación o de una superficie inestable. Con el tiempo, puede aflojar conexiones o generar ruidos molestos.

Unidad exterior de aire acondicionado instalada en la fachada exterior de una casa.

¿Qué mantenimiento necesita?

La buena noticia es que no necesitas ser técnico para hacer algunas tareas básicas que alargan su vida:

  • Limpieza del ventilador y las rejillas exteriores: al menos una vez al año, para evitar obstrucciones.
  • Revisión visual: comprueba que no haya ramas, hojas o suciedad acumulada.
  • Verificar si hay ruidos extraños: podrían indicar una pieza suelta o un problema interno.
  • Evitar que se formen charcos: una mala evacuación del agua puede oxidar componentes o atraer insectos.

Y luego está el mantenimiento profesional. Es recomendable que un técnico revise el sistema al menos una vez al año, sobre todo antes del verano. En esa revisión comprobará:

  • Presión del gas refrigerante.
  • Estado del compresor y del ventilador.
  • Fugas o conexiones sueltas.
  • Eficiencia del sistema completo.

En resumen: la unidad exterior no es un accesorio, es la mitad esencial de tu aire acondicionado. Es la parte que trabaja en silencio (y al aire libre) para que tú estés fresco dentro de casa.

Elegir un buen lugar para instalarla, asegurarte de que un profesional la monta correctamente y hacerle un mantenimiento básico cada cierto tiempo puede ahorrarte muchos disgustos —y dinero— a largo plazo.

Como ves, no hace falta ser técnico para entender cómo funciona y por qué es tan importante. Solo hace falta tener claro que, como en casi todo, un poco de atención y cuidado marcan la diferencia.

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