Errores comunes al instalar un aire acondicionado en casa (y cómo evitarlos)
Instalar un aire acondicionado mal puede salir caro. Aprende qué errores evitar y cómo lograr un sistema eficiente y duradero desde el primer día.

Instalar un aire acondicionado parece fácil: eliges uno, lo colocas, y listo. Pero la realidad es que muchos terminan pagando más —en dinero y en incomodidad— por no hacer bien las cosas desde el principio. Si estás pensando en instalar un equipo nuevo en casa (o ya lo tienes en mente desde que empezó la última ola de calor), aquí van los errores más comunes que deberías evitar sí o sí.
¿Qué voy a leer en este artículo?
- 1. Elegir un aire acondicionado sin calcular bien la potencia
- 2. Colocar la unidad interior en el sitio equivocado
- 3. Pasar por alto el aislamiento de la casa
- 4. No prever el desagüe del aire acondicionado
- 5. Instalar la unidad exterior en un lugar mal ventilado
- 6. Hacer la instalación sin un profesional cualificado
- 7. No hacer mantenimiento
- ¿Qué pasa si la instalación está mal hecha?
- ¿Por qué confiar en Daikin?
1. Elegir un aire acondicionado sin calcular bien la potencia
Uno de los errores más frecuentes al instalar el aire acondicionado es dejarse guiar solo por el precio o el tamaño del equipo sin tener en cuenta lo que realmente necesita tu espacio. Si eliges un equipo con poca potencia, no logrará enfriar bien la habitación, y acabará funcionando al máximo todo el rato, gastando más energía. Si, por el contrario, tiene demasiada potencia, consumirá más de lo necesario, se encenderá y apagará constantemente (lo que acorta su vida útil) y puede resecar el ambiente.
Para evitarlo, hay que tener en cuenta:
- Tamaño de la habitación (m²)
- Orientación (¿le da el sol directo?)
- Número de personas que la usan
- Aislamiento de la vivienda
Consejo útil: Una media orientativa es 100 frigorías por metro cuadrado, pero lo ideal es pedir un estudio térmico o usar las calculadoras online de marcas confiables.
2. Colocar la unidad interior en el sitio equivocado
Parece un detalle, pero no lo es. La ubicación de la unidad interior (el split) afecta directamente al confort y a la eficiencia del sistema. Instalarlo justo frente al sofá, la cama o la mesa del comedor puede parecer lógico para que el aire llegue directo… pero en realidad puede ser contraproducente.
¿Por qué? Porque el aire frío dirigido directamente al cuerpo puede provocar molestias, dolores musculares o incluso problemas respiratorios. Además, si colocas el split en una zona donde el aire no circula bien o donde hay muchas interferencias (muebles grandes, cortinas gruesas), no se distribuirá de forma uniforme por la habitación.
Consejo útil: Lo ideal es colocar el split en una pared libre de obstáculos, a una altura de unos 2 metros, y orientado hacia el centro de la estancia para que el aire fluya de forma natural.

3. Pasar por alto el aislamiento de la casa
Aunque tengas el mejor equipo del mercado, si tu casa no retiene bien la temperatura, estarás enfriando el aire… para que se escape por la ventana. El aislamiento térmico es clave para que el equipo funcione menos, enfríe mejor y consuma menos.
Ventanas de un solo cristal, marcos metálicos sin rotura de puente térmico, puertas que no cierran bien, rendijas… Todo eso suma (o más bien resta).
Consejo útil: Si no puedes hacer reformas, antes de instalar tu aire acondicionado empieza por lo sencillo: burletes en puertas y ventanas, cortinas térmicas, alfombras en invierno, persianas bajadas en las horas de más sol. Pequeños gestos que pueden hacer una gran diferencia.
4. No prever el desagüe del aire acondicionado
Los equipos de aire acondicionado generan condensación (agua) cuando enfrían el aire. Esa agua debe evacuarse adecuadamente, y eso implica prever desde el principio dónde va a ir ese desagüe.
Muchas instalaciones improvisadas terminan con tubos que gotean en terrazas, patios interiores o, peor aún, en la fachada, creando humedades y conflictos con los vecinos. Aquí ya hablamos de este problema.
Consejo útil: El tubo de desagüe debe tener pendiente y llevar el agua a un desagüe (o sumidero) adecuado. Si eso no es posible, hay bombas de condensados que solucionan el problema. Un buen instalador lo tendrá en cuenta desde el primer momento.
5. Instalar la unidad exterior en un lugar mal ventilado
La unidad exterior (donde está el compresor) es la parte que más trabaja y necesita ventilarse bien para liberar el calor que extrae del interior. Si la instalas en un espacio cerrado, sin ventilación o con obstáculos cerca, el equipo trabajará más, se calentará y puede reducir su vida útil.
También hay que tener en cuenta el acceso para el mantenimiento y la normativa local sobre ruidos o ubicación en fachada (especialmente en edificios con comunidades de vecinos).
Consejo útil: Busca un lugar ventilado, a la sombra si es posible, sin obstáculos alrededor. Y consulta si necesitas permiso para instalarla en ciertas ubicaciones.

6. Hacer la instalación sin un profesional cualificado
Es tentador recurrir a un amigo manitas o lanzarse al DIY viendo tutoriales. Pero instalar un aire acondicionado no es un juego. Requiere conocimientos técnicos, herramientas especializadas y, sobre todo, cumplir con la normativa legal vigente (especialmente en lo relativo al manejo de gases refrigerantes).
Una mala instalación puede salirte muy cara: desde una pérdida de garantía hasta averías que no cubre el seguro.
Consejo útil: Asegúrate de que el instalador está autorizado, pide siempre factura y certificado de instalación, y guarda toda la documentación por si tienes que recurrir a la garantía.
7. No hacer mantenimiento (y luego preguntarse por qué no enfría)
Después de instalar el aire acondicionado, mucha gente se olvida del equipo… hasta que empieza a oler raro, no enfría o gotea. El aire acondicionado necesita mantenimiento regular, igual que un coche. Limpiar los filtros, revisar el gas, comprobar las conexiones… Todo eso influye en su rendimiento y en su durabilidad.
Consejo útil: Programa al menos una revisión anual profesional, idealmente antes del verano.
¿Qué pasa si la instalación está mal hecha?
Puede parecer solo un mal rendimiento… pero las consecuencias de una instalación deficiente pueden ser mucho más serias:
- El equipo no enfría ni calienta como debería, generando frustración.
- Mayor consumo eléctrico, lo que se traduce en facturas más altas.
- Ruido molesto o vibraciones, especialmente si no se fijó bien la unidad exterior.
- Averías prematuras del compresor o pérdidas de gas.
- Problemas de humedad, filtraciones o incluso daños a otras viviendas.
- Pérdida de garantía, si el trabajo no lo hace un profesional certificado.
Y, además, si vives en un piso, puedes acabar teniendo conflictos con la comunidad o el seguro. Todo por ahorrar mal en la instalación.
¿Por qué confiar en Daikin?
Daikin no es solo una marca de climatización: es un referente en eficiencia, innovación y fiabilidad. ¿Y eso qué significa para ti?
- Que puedes contar con una red de instaladores profesionales, que saben cómo sacar el máximo rendimiento a cada equipo.
- Que sus productos están diseñados para durar y adaptarse a las necesidades reales de las viviendas.
- Que cuentan con tecnologías propias (como Inverter, sensores de presencia o control WiFi) para que tú solo tengas que preocuparte de disfrutar del confort.
- Y que detrás hay garantía, servicio postventa y atención personalizada.
Con Daikin, sabes que no solo compras un aire acondicionado. Estás invirtiendo en una solución de climatización pensada para tu día a día. Sin sorpresas, sin sustos, sin calor innecesario.
Un aire acondicionado bien instalado es como un traje a medida: funciona mejor, gasta menos y te hace la vida más cómoda. Evitar los errores más comunes puede ahorrarte tiempo, dinero y más de un disgusto.
¿Nuestro consejo final? Confía en quien lleva décadas cuidando del confort en los hogares. Y cuando llegue la próxima ola de calor, tú ya estarás fresquito… y tranquilo.
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