Consumo aire acondicionado: guía práctica para ahorrar energía y dinero
Disfruta del frescor que te gusta con un consumo de aire acondicionado más bajo y un hogar más eficiente.

Es verano. Afuera, el termómetro parece competir con el sol para ver quién llega más alto. Dentro, el aire acondicionado se convierte en tu salvavidas. Pero también en la fuente de una pregunta recurrente: ¿cuál es el consumo de mi aire acondicionado? Y, sobre todo, ¿puedo hacer algo para que mi factura no se dispare?
La respuesta corta es: sí, puedes. La respuesta larga —y la más útil— implica entender cómo funciona el equipo, qué factores influyen en su gasto y qué soluciones existen para conseguir confort con un consumo mucho más eficiente. Vamos por partes.
¿Cuánto consume un aire acondicionado?
El consumo depende de la potencia, la eficiencia energética del equipo y el tiempo de uso.
Por ejemplo, un aparato doméstico de 2,5 kW de potencia nominal puede gastar entre 0,5 y 1,2 kWh por hora, según su clase energética y la temperatura de consigna. Traducido: si el kWh cuesta 0,20 €, una hora de funcionamiento podría suponer entre 10 y 24 céntimos.
Sin embargo, este cálculo es solo una aproximación. Dos viviendas con el mismo modelo de aire acondicionado pueden registrar facturas muy distintas. La clave está en los factores que vamos a ver a continuación.
Factores que afectan al consumo del aire acondicionado
Aquí es donde empieza la verdadera diferencia entre un gasto moderado y un susto a final de mes. Estos son los elementos más determinantes:
1. Clase energética
Cuanto más eficiente es el equipo (A+++, A++…), menos energía necesita para ofrecer el mismo nivel de climatización. Los aparatos de baja eficiencia convierten más electricidad en calor residual que en frío, lo que incrementa el consumo.
2. Tecnología del compresor
Los equipos inverter ajustan la velocidad del compresor según la demanda, evitando los arranques y paradas constantes de los modelos antiguos. Esto reduce el gasto energético hasta un 40% frente a equipos no inverter.
3. Dimensiones y aislamiento de la estancia
Un equipo demasiado pequeño para el espacio tendrá que trabajar al máximo, y uno demasiado grande no funcionará de manera óptima. Además, un buen aislamiento (paredes, ventanas, techos) evita que el frío se escape, reduciendo el tiempo de funcionamiento.
4. Temperatura de consigna
Cada grado que bajas por debajo de los 25 °C puede aumentar el consumo en torno a un 8%. Mantener el termostato en una temperatura razonable es uno de los trucos más sencillos y efectivos para ahorrar.
5. Mantenimiento del equipo
Filtros limpios, ventiladores en buen estado y ausencia de fugas de gas refrigerante son esenciales para mantener la eficiencia. Un equipo sucio o mal ajustado necesita más energía para lograr el mismo efecto.
6. Humedad ambiental
En zonas con mucha humedad, el aire acondicionado trabaja más para deshumidificar, lo que eleva el gasto. Algunos modelos incorporan modos específicos para controlar este factor de forma más eficiente.
7. Ubicación de la unidad exterior
Si la unidad exterior recibe sol directo durante las horas de más calor, tendrá que esforzarse más para evacuar el calor, lo que aumenta el consumo de tu aire acondicionado. Instalarla en una zona sombreada puede ayudar.

Trucos para reducir el consumo sin renunciar al confort
- Aprovecha el modo eco o ahorro: mantiene un confort aceptable reduciendo la potencia.
- Ventila a primera hora de la mañana: refresca la casa antes de encender el equipo.
- Usa cortinas o persianas: bloquean el calor del sol en las horas centrales.
- Mantén puertas cerradas: evita que el aire frío se disperse hacia zonas donde no es necesario.
Estos hábitos, combinados con un equipo eficiente, pueden reducir notablemente el consumo del aire acondicionado sin sacrificar bienestar.
Beneficios de los aires acondicionados por aerotermia
Si de verdad quieres un salto cualitativo en eficiencia, merece la pena mirar más allá de los equipos convencionales. La aerotermia aprovecha la energía del aire exterior para climatizar y, en muchos casos, también para producir agua caliente sanitaria (ACS).
Esto significa que gran parte de la energía utilizada es gratuita, renovable y está siempre disponible.
1. Eficiencia energética sobresaliente
Los sistemas de aerotermia pueden alcanzar coeficientes de rendimiento (COP) muy altos. Por cada kWh eléctrico consumido, son capaces de generar entre 3 y 5 kWh de energía térmica.
Traducido: más confort por menos gasto.
2. Un único sistema para todo el año
La misma instalación puede proporcionar calefacción en invierno, refrigeración en verano y ACS durante todo el año. Esto reduce el número de equipos necesarios y, por tanto, el espacio y el mantenimiento.
3. Energía renovable y menos emisiones
Al utilizar el aire como fuente de energía, la aerotermia reduce la dependencia de combustibles fósiles y contribuye a disminuir las emisiones de CO₂. Esto no solo ayuda al planeta, sino que también te prepara para un futuro en el que las normativas serán cada vez más exigentes.
4. Confort estable y personalizado
La tecnología inverter y los sistemas de control permiten ajustar la temperatura con gran precisión, evitando los picos de frío o calor y manteniendo una sensación constante y agradable.

¿Y si combinas eficiencia y buenos hábitos?
La tecnología es una aliada poderosa, pero no sustituye el sentido común. Un sistema de aerotermia de alta eficiencia, usado con criterios de ahorro, puede marcar la diferencia entre pagar un 30% o un 60% menos en la factura energética.
En cambio, un equipo puntero mal configurado o instalado en un entorno sin aislamiento seguirá desperdiciando energía. Aquí te dejamos 4 errores comunes que aumentan el consumo del aire acondicionado casi sin darnos cuenta.
Por eso, si estás pensando en renovar tu sistema, no te quedes solo con el precio inicial. Evalúa el coste de uso a lo largo de toda la vida útil del equipo. Muchas veces, la inversión en un sistema más eficiente se recupera en pocos años gracias al ahorro en el consumo.
En resumen:
- El consumo de un aire acondicionado depende tanto de sus características técnicas como del uso que le damos.
- Factores como la clase energética, la tecnología del compresor, el aislamiento de la vivienda o la temperatura de consigna son decisivos.
- La aerotermia es hoy una de las soluciones más eficientes y sostenibles para climatizar, con beneficios que van más allá del ahorro económico.
- Un uso inteligente y un mantenimiento adecuado son las claves para mantener el confort y contener la factura.
El confort no debería estar reñido con la eficiencia. Y con la tecnología adecuada, tampoco lo está. Apostar por sistemas que reduzcan el consumo es una inversión en bienestar, ahorro y sostenibilidad.
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