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Tu próximo sistema de calefacción será una bomba de calor

Las bombas de calor están listas para asumir el desafío de la descarbonización de las casas y Daikin está preparado con los equipos más sostenibles.

El camino hacia la descarbonización

La descarbonización es un reto clave en el camino hacia una economía más sostenible. En el sector automovilístico, el agrícola e incluso el transporte aéreo, ya se han hecho esfuerzos para reducir o eliminar las emisiones de carbono de las fuentes de energía. El próximo paso: eliminarlo de las casas.

También ha captado la atención de los responsables políticos europeos. Concretamente, la UE se ha comprometido recientemente a "desempeñar un papel central" a la hora de alcanzar un valor neto cero de emisiones de gases de efecto invernadero para 2050.

En el ámbito nacional, los Países Bajos se despedirán del gas para siempre, el Gobierno de Francia está promoviendo la sustitución de las calderas de gasoil, Finlandia tiene como objetivo convertirse en un país neutral en carbono para 2035 y la Baja Austria ha prohibido la calefacción por gasoil en los nuevos edificios.

España, con la publicación del nuevo CTE en diciembre de 2019, y sus requerimientos sobre limitación de demanda y consumo energético de las viviendas y la aportación de energías renovables, hace proactivamente imposible el diseño de un nuevo edificio con sistemas de calefacción basados en la combustión. La bomba de calor pasa a ser la solución “lógica” a este servicio

Se trata de objetivos ambiciosos, pero ¿cómo los lograrán estos países? La respuesta es: apostando por las bombas de calor. En Daikin, estamos convencidos de que están en lo cierto. Las bombas de calor están sobradamente preparadas para asumir el reto de la descarbonización de las casas. No son una tecnología del futuro, sino una solución probada, lista para ser la tendencia dominante.

Retos psicológicos

En Suecia, las bombas de calor son el sistema de calefacción por defecto en la actualidad. En algunos países europeos representan hasta el 50 por ciento de la cuota de mercado en nuevas construcciones.

En el mercado de las sustituciones, parece que algunos propietarios todavía no se han dado cuenta de esto. No obstante, los retos principales para adoptar las bombas de calor como solución mayoritaria en este mercado parecen ser más psicológicos que tecnológicos.

Muchas personas simplemente no entienden cómo funcionan, otras creen que son ruidosas, antiestéticas o que aún no son fiables; y, quizás, algunos propietarios dan por hecho que no son válidas en la actualidad debido, simplemente, a su rápido ritmo de innovación.

Una de esas (obsoletas) suposiciones podría ser la eficiencia, que hace algún tiempo podría haber afectado a la rentabilidad y al retorno de la inversión.

En general, las bombas de calor aire-agua tienden a mostrar una reducción en la eficiencia cuando las temperaturas exteriores disminuyen.

Las generaciones de bombas de calor más recientes son cada vez más capaces de lograr altas eficiencias, incluso con temperaturas exteriores más bajas. Nuestro último modelo de bomba de calor aire-agua, Daikin Altherma 3HHT Supra, no necesita energía de apoyo hasta que la temperatura exterior no baja de -15ºC. Las innovaciones como el modelo 3HHT se consideran un punto de inflexión para que se vean como sustitutas de las calderas de combustibles fósiles.

Otra barrera psicológica es la falta de conocimiento entre los instaladores y arquitectos, lo que dificulta su aceptación a gran escala. Como sector, debemos ir más allá de la "opinión unánime sobre las bombas de calor" de los instaladores y profesionales que ya están familiarizados con los equipos de aire acondicionado.

Necesitamos convencer a los instaladores que han trabajado principalmente con calderas de combustibles fósiles. Debemos procurar que para ellos sea fácil recomendarlas en el mercado de sustitución, haciendo que las instalaciones sean más sencillas mediante mejoras en el diseño.

En Daikin, estamos asumiendo esto como una responsabilidad primordial, puesto que acelerará enormemente la implantación de las bombas de calor. En este sentido, la normativa puede dar un empujón en la dirección correcta. Los Países bajos son un excelente ejemplo: ya están ofreciendo formación en energías renovables a sus instaladores. Esto respalda el cambio hacia soluciones renovables en calefacción.

En otros mercados, la solución debe estar más encaminada a eliminar incentivos por el uso de combustibles fósiles, porque crean una barrera de entrada a alternativas más sostenibles. En España, por ejemplo, el precio del gas es bajo si se compara con el precio de la electricidad debido a la alta carga impositiva en la factura eléctrica.

La transición hacia las bombas de calor requiere la implicación de todas las partes interesadas, que deben estar concienciados y prestar atención a todos los factores.

Ambición

Nuestra ambición es bastante clara: queremos una bomba de calor en cada casa de Europa. Ningún edificio debería construirse con una caldera de combustibles fósiles y ninguna caldera antigua debería sustituirse por una nueva. Debemos enfrentarnos a estas continuas barreras psicológicas y tecnológicas a través de la constante innovación.

Para nosotros es una parte integral de Environmental Vision 2050, nuestro programa para proporcionar entornos con aire saludable, al mismo tiempo que nos esforzamos en reducir las emisiones de CO2 casi a cero con equipos fáciles de utilizar y con un diseño atractivo.

La fiabilidad, la alta reducción de las emisiones de CO2, la eficiencia y el silencio son una parte clave de nuestra promesa de innovación.  

 

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